Desmenuzar los muslos de pollo y pasarlo a un plato.
En una olla, poner un chorro de aceite a calentar a fuego alto. Cuando esté caliente, añadiremos el pollo y sellaremos la olla. Tenemos que lograr que coja color, pero que aún esté crudo por dentro. Serían unos 3 a 5 minutos de cocción. Recorrido el tiempo, retiramos el pollo y lo pondremos aparte en un plato.
En el mismo aceite de la olla, añadiremos cebollas, pimiento rojo y los dientes de ajo, todos finamente picados. Añadiremos zanahorias cortadas en rodajas. Sal y pimiento al gusto y menearemos con frecuencia y dejaremos cocinar a fuego lento unos 15 minutos.
Ya que veamos que la cebolla se transparente y la cebolla se vea parcialmente cocinada, añadiremos dos cucharadas de harina. Está harina generará cuerpo a la salsa de nuestro pollo. Seguirá siendo liquida, pero con cierta consistencia. Mezclamos todos los ingredientes y añadimos la harina con la verdura. Dejamos cocinar aproximadamente 2 minutos a fuego lento.
Ahora, de nuevo añadimos el pollo a la olla al igual que los juegos que quedó en el plato. Se vierte tomillo y romero, hojas de laurel y ahora si viene lo chido… Verteremos a nuestro platillo la deliciosa cerveza. Lo que lo hace especial es el tipo de cerveza. Así que escoge la que más te guste. Mientras más fuerte sea la cerveza, más amargo sabrá el pollo.
Mezclamos todos los ingredientes y dejaremos cocinar a fuego lento por unos 45-50 minutos, hasta que la salsa se reduzca y se vea una concentración de sabores y el pollo se vea totalmente cocinado y tiernito.