Si pensamos en relajación, seguramente se viene a nuestra mente sol, arena y mar, tres componentes que resumen la perfección para el desestrés.

En las playas es muy común encontrar refrescantes y deliciosos cocos los cuales además de su gran y ligero sabor poseen grandes propiedades para la salud.

Comer un coco es todo un arte, generalmente el vendedor de cocos le hace un agujero en la parte de arriba al coco donde se le inserta un popote para que puedas tomar el agua que este tiene en su interior lo cual es un deleite y si esta frío mucho mejor.

Al terminarte el líquido, al coco se le retira la corteza dura y se parte en dos para posteriormente sacar la “carne” blanca de su interior puede salir blandita o dura y se acompaña con sal, limón y chilito…

Los cocos son una maravilla de nuestra tierra, te encantará su sabor, es sin duda un majar.

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