Durante años se ha compartido la teoría de que existen alimentos con poder afrodisiaco. A los alimentos extraídos del mar principalmente se les atribuye esta cualidad porque coinciden en su origen con Afrodita la diosa del amor, cuya imagen se representa con una figura femenina en el interior de una concha, también es símbolo de belleza, fertilidad y energía de ahí el origen del término “afrodisiaco”.
Pero de todos los productos del mar los ostiones son los más populares y con justa razón pues su alto contenido en zinc aumenta la producción de testosterona y estrógeno, con un aporte altamente energético para el organismo.
Los ostiones contienen proteínas que pasan rápidamente a la sangre, lo que ayuda al funcionamiento hormonal. Por otra parte, su alto contenido en minerales también favorece la estimulación de capacidades físicas y mentales.
La literatura también ha contribuido a crear un mito en leyenda, cuentan que Casanova confiaba tanto en el poder estimulante de los ostiones que se preparaba comiendo 50 de estas durante el desayuno. También las usaba como estrategia de seducción con su forma de tomarlas directamente de la boca de sus amantes.
Desde siglos pasados se cuenta también que los faraones egipcios consumían pescados y mariscos para no quedar mal con sus mujeres. Sea cierto o falso, la realidad es que una mesa llena de mariscos sólo puede despertar la magia que provoca Afrodita con buenos e inolvidables momentos.