El café es el vicio de muchos, su sabor y consistencia lo hacen irresistible al paladar y aunque hay a quienes les gusta el café comercial ( el que viene en frasco) para muchos otros el verdadero deleite viene al probar el que en nuestro estado llamamos “café de olla”
La forma de prepararse y el tipo de café hacen la gran diferencia entre los sabores de ambos generando un placer inexplicable al degustarlo, calientito y sin prisas, la perfección para cada mañana.
El café de olla se prepara en nuestros pueblos de forma tradicional en el corral se pone la leña para la lumbre y en una enorme olla de barro sobre las brazas se añade agua, piloncillo, canela y café, aunque cada área de nuestro país tiene sus propias variantes todas son deliciosas.
Esta preparación remonta a la vida de los pueblos, sin estrés donde todo problema parece pequeño si se acompaña con una buena taza de café hecho en casa.