La Isla de Mexcaltitán ha sido históricamente un lugar donde se ha forjado una rica tradición cultural, tanto en el ámbito económico como en los diversos aspectos de la vida social, desde la época prehispánica hasta nuestros días.

Mexcaltitán ha sido y sigue siendo ante todo, una comunidad de pescadores y agricultores, muchos años fue centro de producción, recepción y distribución de mercancías para todos los pueblos de la región y más allá de sus fronteras, cabecera territorial desde el siglo XVII cuando se otorgaron los primeros títulos de propiedad a los nativos de la Isla por parte de las autoridades virreinales, hasta las resoluciones presidenciales de restitución y dotación de tierras y aguas en las primeras décadas del siglo XX. Con ello los mexcaltecos lograron obtener en diversos momentos y de manera oficial la figura de ejidatarios y cooperativistas pesqueros.

En la segunda mitad del siglo XX, Mexcaltitán fue declarado como Zona de Monumentos Históricos en 1986 por decreto presidencial. A nivel estatal se le ha considerado como “Cuna de la Mexicanidad”. Posteriormente y hasta nuestros días, se ha intentado con el apoyo gubernamental convertir a la Isla en un destino turístico como un “Pueblo Mágico” de México; sin embargo, no todas las acciones en ese sentido han sido exitosas, pues ha faltado una mayor correspondencia entre los intereses y necesidades de la población con las políticas gubernamentales en materia de desarrollo económico, social, cultural y turístico.

Cuando se escucha el nombre de Mexcaltitán, los nayaritas, los mexicanos y muchos habitantes de otros países, sin duda alguna, lo relacionan con un lugar muy especial y enigmático. Primero, porque una de las teorías sobre el origen de los mexicas o aztecas, establece que Mexcaltitán pudo ser uno de los puntos de partida de la peregrinación de estas tribus en 1168, quienes posteriormente en 1325 fundarían la gran ciudad de Tenochtitlán.

Es por ese motivo, que a Mexcaltitán se le ha impuesto el sobrenombre de “Cuna de la Mexicanidad”, por formar parte importante del territorio que abarcaba el Señorío de Aztatlán, vocablo náhuatl que tiene su correspondencia lingüística con la mítica Aztlán, asentamiento primigenio de los antiguos mexicanos.

En segundo lugar, Mexcaltitán es un lugar cuya traza e imagen urbana lo hace inigualable en todo el territorio nacional, generando en sus habitantes y en todo visitante, una sensación de estar en un espacio territorial fuera de lo normal. Una isla de 400 metros de largo por 350 de ancho, con edificios del siglo XIX y XX, techos de teja y calles que se convierten periódicamente en canales con las crecientes del río San Pedro. También se ha ganado el título de la “Venecia Mexicana”.

En tercer lugar, Mexcaltitán se distingue por su rica gastronomía cuya base son los mariscos, como es el paté, las empanadas y las albóndigas de camarón, el tlaxtihuilli de camarón con atole de maíz con chile, el pescado frito y el famoso pescado sarandeado, los ostiones en su concha, así como los ricos camarones empanizados, rancheros, al mojo de ajo y a la cucaracha. Todo esto y otros antojos más, convierten a Mexcaltitán en un verdadero festín para el paladar que no encuentra receso hasta quedar el visitante completamente satisfecho.

Las Fiestas patronales de San Pedro y San Pablo, el 28 y 29 de junio, representan el gran día de la unidad de los isleños. En estos días, los habitantes colocan la imagen de San Pedro en una lancha y en otra la imagen de San Pablo, las adornan y acompañan en su recorrido. Se dice que si gana San Pedro, la cosecha de camarón será abundante, pero si gana San Pablo la cosecha será pobre. Al día siguiente se lleva a cabo la bendición de canoas y se oficia misa en medio de la laguna.

Actualmente y desde hace algunos años, hombres y mujeres se han dedicado a elaborar artesanías con materiales y productos de la región, como es el caso de la cestería con maderas fibrosas de mangle, las barcinas de camarón, muebles rústicos, chinchorros, huitoles y tarrayas, entre otras creaciones del arte popular isleño.

Por último, no podemos dejar de mencionar que la cultura y el arte de Mexcaltitán se distingue en toda la región por sus músicos y cantantes, compositores, bailadores y excelentes conversadores con su florido vocabulario que alegra e impresiona a propios y extraños, dejando un buen sabor de boca por ser gente amistosa y de gran hospitalidad.

DEJA UNA RESPUESTA

Please enter your comment!
Please enter your name here