¿Sabías qué.. a finales del siglo XVIII San Blas fue reconocido como la más importante estación naval de la Nueva España en las costas del pacífico?
Las primeras menciones sobre las costas del Pacífico, donde se encuentra el Puerto de San Blas, datan del siglo XVI, durate la época de la colonia española, y se deben al colonizador Nuño Beltrán de Guzmán. Sus crónicas aluden al puerto como lugar pródigo en riquezas culturales y extraordinaria abundancia de recursos naturales.
Desde el reinado de Carlos II y en su afán de colonización de las Californias, España consideró importante establecen un enclave puntuario permanente para explorar esas tierras, razón por la cual fue escogido San Blas.
El sitio marcó su importancia debido a ser una bahía protegida por montañas, excelente ubicación estratégica conveniente para los planes de expansión de la colonia y porque en la región existían bosques de madera tropicales idóneas, tanto en calidad como en cantidad, para la fabricación de embarcaciones. De esta manera se inició la construcción del puerto y un astilladero en la segunda mitad del siglo XVII; en octubre de 1767 fueron botados al mar los primero navíos.
Las principales edificaciones se hicieron en el cerro de Basilio; ahí todavía se pueden observar los restos del Fuerte de la Contaduría y el templo de la virgen del rosario. El puerto fue inaugurado el 22 de febrero de 1768 y con ello se dio importante impulso a la organización portuaria, basada en su ya mencionado valor estratégico yen la exportación de oro, maderas finas y la codiciada sal. La actividad comercial del puerto tuvo gran importancia, se establecieron aduanas para el control del flujo de mercancías que llegaban desde diferentes partes del mundo, también arribaban las famosas “Naos de China”.
Por la misma época salieron las primeras misiones para evangelizarla península de Baja California bajo la guía del padre Kino y Fray Júnípero Serra , quienes regresaron a San Blas cuatro años más tarde, en 1772. Poco después este poblado fue reconocido oficialmente como la más importante estación naval y el astillero virreinal de la Nueva España en las costas del Pacífico.
Entre 1811 y 1812 al prohibirse el comercio de México con Filipinas y otros países de oriente por el Puerto de Acapulco, en San Blas tuvo lugar un intenso mercado negro, por lo que el virrey Félix María Calleja ordenó cerrarlo, aunque su actividad comercial continuó durante 50 años más.
Mientras México luchaba por su independencia, el puerto fue testigo de la heroica defensa realizada en contra del dominio español por el cura insurgente José María Mercado, quién con gran audacia, firme ánimo y un puñado de hombres desarrapados y mal armados tomó el fuerte para los insurgentes, sin un solo disparo, e igualmente hizo rendirse a la población criolla y a la guarnición española.
En 1873 el puerto de San Blas fue nuevamente cancelado y cerrado a la navegación comercial por el entonces presidente Lerdo de Tejada pero continuó funcionando como centro turístico y pesquero hasta nuestros días.