El tambor ha sido uno de de los principales instrumentos musicales que los mesoamericanos tocaban en la celebración de sus fiestas, actos rituales y en la guerra. Hasta ahora, mediante las fuentes y piezas arqueológicas se sabe que existieron dos tipos de tambor vertical, el tlalpanhuéhuetl, “tambor que está sobre el suelo”, y el huéhuetl o tambor pequeño. Los ejecutantes del tlapanhuéhuetl lo hacían sonar golpeando con las manos la piel colocada en uno de sus extremos. Uno de los más famosos ejemplares de tlalpanhuéhuetl es el que, de acuerdo con el arqueólogo José García Payón y el investigador Xavier Noguez, fue utilizado hasta principios del siglo XX por los habitantes del barrio de Santa Mónica, Malinalco. Por órdenes de José Vicente Villada (gobernador del estado de México entre 1889-1895 y 1897-1904) fue trasladado al Museo de Arqueología, en Toluca, estado de México, fundado por él en la década de 1890.


El tlalpanhuéhuetl está tallado delicadamente y tiene una rica iconografía
que está vinculada con la época imperial de los mexicas, características que llamaron la atención de investigadores de Mesoamérica, entre ellos Eduard Seler, Marshall Saville, Javier Romero, José García Payón y Xavier Noguez. Los trabajos de estos eruditos han contribuido al conocimiento del simbolismo de los grabados del tambor, los elementos varían, pueden ser guerreros águila, soles, jaguares, flechas, etc.

Actualmente continúan siendo instrumentos esenciales en los rituales como el Temazcal, en Tepic lo puedes encontrar en Galería Artesanal Huehuetl

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