Al llegar a Destiladeras, además del hermoso paisaje de la bahía, cautiva el ambiente familiar y fraterno que se vive en sus más de cinco kilómetros de playa.

Su nombre tiene origen en una extinta cascada de agua dulce, y en sus doradas y finas arenas se vislumbra la promesa de un futuro proyecto que contempla la construcción de hoteles de gran lujo, clubs de playa, spas de primer nivel, restaurantes y un campo de golf que seguramente consolidará a la Riviera Nayarit como un destino de ensueño para los golfistas de todo el mundo. Mientras estos sueños se cristalizan, usted puede disfrutar en compañía de su familia y amigos de la tranquilidad y tibieza del mar de Destiladeras.

Si su espíritu, sin embargo, es menos aventurero y busca tranquilidad, descanso a la orilla del mar, éste es también un sitio ideal que invita a la contemplación de sus abiertos y limpios paisajes, o a caminar por su fina arena mientras se relaja con el rumor de las olas y contempla un hermoso atardecer.

Deléitese también con los deliciosos platillos que se ofrecen en los restaurantes de mariscos afincados en típicas palapas, mientras escucha las notas de un acordeón y entona la letra de una canción mexicana.

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