La caza furtiva, la contaminación ambiental, la reducción de los hábitats naturales y el calentamiento global, son las causas principales de que especies como el caracol hawaiano y el rinoceronte de Sumatra hayan sido declaradas extintas en 2019.
El año pasado dejó malas noticias respecto a ejemplares que se resistían a desaparecer, pero al final nada pudo hacerse para que sobrevivieran, tal es el caso del caracol hawaiano (Achatinella apexfulva) el cual se declaró extinto el pasado mes de enero.
Otra especie que jamás será vista es el rinoceronte de Sumatra (Dicerorhinus sumatrensis), pues el último ejemplar (hembra) pereció en Malasia a causa del cáncer.
Mientras que el tigre de Malasia (Panthera tigris jacksoni) podría extinguirse en tres años, debido a que su población se ha reducido a tan solo 200 ejemplares en vida salvaje, a causa de que sus órganos son utilizados en la medicina tradicional china.
Destaca el caso del tiburón martillo (Sphyrna mokarran) que pasó de estar en peligro a la categoría de “peligro crítico de extinción”, debido a la reducción de estos ejemplares en más del 80 por ciento en los últimos 30 años.
El colobo rojo del río Tana (Piliocolobus rufomitratus) es uno de los 25 primates más amenazados del mundo y al igual que otros seres vivos la pérdida de su hábitat y la caza furtiva los ha llevado a que estén en peligro crítico.
Otro mamífero que llamó la atención en 2019 fue el conejo europeo (Oryctolagus cuniculus) que ya se encontraba en la Lista Roja, pero cambió su estatus de “casi amenazada” a “en peligro”.
Además, se dio a conocer que la población del leopardo de las nieves (Panthera uncia) es menor a los cuatro mil ejemplares, por lo que su estatus indica que es vulnerable.
El anuncio de que el pez payaso (Amphiprion Ocellaris) también destacó en 2019 porque ahora se encuentra bajo amenaza por los estragos del cambio climático, y es que carecen de la capacidad genética para adaptarse a las nuevas condiciones y cambios constantes en su entorno.
En tanto, los emblemáticos koalas (Phascolarctos cinereus) han sido catalogados por la Fundación Australiana del Koala (AKF, por sus siglas en inglés) como especie “funcionalmente extinta” debido a la deforestación causada por los incendios forestales.
El oso polar (Ursus maritimus) es la especie más afectada por el cambio climático y ahora es vulnerable ante el progresivo derretimiento de los polos y la rápida destrucción de su hábitat; así como las focas monje del Mediterráneo (Monachus monachus) están ampliamente amenazadas por el incremento de las temperaturas de su ecosistema marino.
Cada seis meses se realiza una actualización del listado de la UICN y luego de la evaluación a 112 mil 432 especies se dio a conocer que ingresaron por primera vez a ésta seis mil 721, en peligro crítico se encuentran seis mil 413, bajo amenaza están 30 mil 178 y se han extinguido 877.