Los escamoles son un platillo de origen prehispánico cuyo nombre proviene de la lengua náhuatl, donde” azcatl”  significa hormiga y “molli” que significa guiso o salsa, de ahí que sean conocidos también como azcamoli, maicitos o Hugues.

Esta deliciosa hueva de hormiga solo se come en tierra mexicana y para aquellos que no esté, familiarizados con ellos los escamoles son larvas grandes y de un sabor muy delicado de la hormiga Liometopum apiculatum.

Los escamoles son un alimento lujoso pues además de ser un producto de temporada su recolección y cultivo tienen nivel de dificultad, de ahí que su costo puede alcanzar los mil doscientos pesos el kilo.

Este alimento se “cosecha” de marzo a abril de forma silvestre, aunque ya existen criaderos que se dedican a cuidar y “cultivar” a las hormigas escamolares   debajo de nopaleras, en las bases de los magueyes o a un lado de los árboles de pirul.

Los hormigueros suelen estar a varios metros de profundidad y no es fácil la obtención de los escamoles ya que las hormigas dispuestas a defender sus guaridas, son agresivas e inteligentes. Los nidos dentro del hormiguero suelen estar debajo de una complicada estructura hecha de ramas y de su propia saliva.

Cada nido puede llegar a dar hasta ocho kilos si se le maneja bien y se mantiene una sana población de hormigas. Los escamoles no solamente son sabrosos si no que también son un  alimento nutricionalmente muy sano ya que tienen una alta cantidad de proteínas, alrededor de cuatro veces más que la carne.

Su preparación es sencilla ya que su sabor es muy suave y especial, se suelen cocinar con epazote y aceite, mantequilla o manteca y comer en un rico taco con guacamole, para disfrutar de lo que muchos han llamado el caviar mexicano.

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