En las calles de muchas ciudades de la república mexicana, podemos encontrar una pequeña delicia que seguramente evoca hermosos recuerdos a tu memoria, nos referimos a las semillitas de calabaza doradas.
Principalmente en el centro de dichas localidades podemos encontrarlas en algunas esquinas, desgraciadamente cada vez es más difícil localizar a los vendedores que en su mayoría son de origen indígena.
Se pueden comer con o sin cáscara y son doradas en un pequeño cazo con sal, su preparación tal vez suene simple, pero su sabor es realmente exquisito y son la botana perfecta.
Dichas semillas además de su agradable sabor, contienen algunos ingredientes que pueden ayudar a combatir osteoporosis, parásitos, reducir el colesterol e inflamación provocada por artritis, reducir la depresión y favorecer el sueño.
Si quieres probar estas semillitas, pero no las encuentras por ningún lugar, no te preocupes ya que para prepararlas solamente deberás seguir unos cuantos pasos. Primeramente, saca las semillas de la calabaza, lávalas muy bien y ponlas a secar en una servilleta bajo el sol hasta que estén completamente secas, lo cual llevará de 12 a 24 horas.
Ya secas agrega en un sartén media cucharadita de aceite, las semillas de calabaza y un poco de sal, mueve constantemente hasta que estén tostadas. Ahora ya no será tan complicado volver a probar estas riquísimas y tradicionales semillitas doradas.