El tecuani o tecuán es un nahual que por dinero o por ignorancia sirve a un cacique y le protege de cualquier brujo nahual que pueda amenazar sus tierras.
Cuando los nahuales ofrecieron resistencia a los conquistadores, la Iglesia los satanizó y los puso en contra del pueblo. Además buscó a gente con el don y los convenció de trabajar para ellos, ya sea con riquezas o convirtiéndolos desde muy jóvenes al catolicismo. Muchos tecuanes ignoran el verdadero origen de sus dones, algunos incluso creen que provienen de Dios, cuando en verdad lo traen en su sangre india. Además cada que matan a un nahual, realizan un rito en el que se comen su corazón, lo que a la larga incrementa sus poderes.
El primer grupo de tecuanes del que se tiene registro, estuvo al servicio de un terrateniente español conocido como Don Salvador. Este grupo dio muerte a un poderoso nahual cuyo animal totémico era un jaguar. El hecho dio origen a la danza de los tecuanes, que no es más que la modificación de una antigua danza prehispánica, ajustada para conmemorar la acción de los tecuanes de Don Salvador y hacer mala propaganda a los brujos nahuales. En la danza la gente del pueblo llama al jaguar “tecuani” que significa “que come gente”, la Iglesia y los caciques influyeron en esta confusión, ya que originalmente fueron los nahuales quienes acuñaron el término para referirse a esos terribles cazadores, que comen gente, a su propia gente, los nahuales. Un perro que come perro.
El tecuán usa máscara, pero no de animal, ya que esas son usadas por los brujos. Su máscara es de hombre, quien según su fe fue creado a imagen y semejanza de Dios. No sufren transformación alguna, pero son capaces de proezas sobrehumanas. El arma preferida del tecuan es la obsidiana, ya que —aunque pocos los saben— ésta es a los nahuales lo que la plata es a los hombres lobo.