Seguramente has escuchado hablar de ellas, se trata de cuatro islas pertenecientes a México, que se ubican en el Océano Pacífico. Están situadas exactamente a la altura de San Blas, en el estado de Nayarit.

La de mayor superficie es la Isla Madre, a la que le siguen las islas María Magdalena, María Cleofas y el islote de San Juanito que, al ser el más pequeño, tiende a ser olvidado. María Madre, además de ser la más grande, es en la que se alberga la Colonia Penal Federal Islas Marías, una prisión que fue instalada allí el 12 de mayo de 1905.

Lo curioso de este centro penitenciario es que, al inicio, fue construido para aislar a los criminales más peligrosos de México, así como a los que atentaban contra el Gobierno, sin embargo, en 1939, se convirtió en un lugar en el que los presos pueden convivir con sus familias. Así fue como se transformó en una cárcel sin rejas, donde no hay “reclusos” sino “colonos”.

Las islas Marías, un lugar donde los presos viven sin rejas y pueden convivir con sus familias. Durante sus inicios este archipíelago  en el océano pacífico, fue una de las prisiones más temidas, actualmente la vida cambió, es la única que cuenta con casas, hospitales, escuelas, bibliotecas, un puerto y un aeropuerto, aunque es vigilada por la marina, son los muros de agua y los tiburones que la rodean la mejor seguridadSu vida se compone de la agricultura, carpintería, ganadería, porcicultura,  acuacultura, apicultura, actividades manuales y  es de esta manera como la prisión de las Islas Marías se convierte en un modelo de readaptación que gira en torno al trabajo y a la convivencia  sana en familia.

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