La Casa Aguirre (tercer dueño de la fábrica desde 1857) a la muerte de don Santiago Stephens quien fuera un Ingeniero Mecánico inglés con ideas liberales, aconsejaba a los obreros y los informaba de acontecimientos mundiales, hasta los llegó a defender del señor Faustino Somellera que era el administrador de la Casa Aguirre, contrataba a Arturo Ecroyd, un inglés que había estado muchos años en Brasil mandando esclavos; este hombre apoyado por Faustino Somellera, jefe supremo de la poderosa Casa Aguirre y además el mayor verdugo de su tiempo, quien frecuentemente se teñía las manos con sangre de los trabajadores, implantaron un régimen de terror y esclavitud, imponiendo la jornada de 14 a 16 horas de trabajo diarias.
Se entraba al trabajo a las cinco de la mañana y se tenía que abandonarlo a las 12 de la noche, dándole a los trabajadores únicamente 5 minutos para tomar sus alimentos dentro de la fábrica, pues al trabajador que se pasara de ese pequeño tiempo lo paraban a patadas y a bofetadas y si se enfurecía el amo lo mandaba a la cárcel. Don Arturo,( trataba a los trabajadores de aquí como a los esclavos de Brasil) se daba el lujo de azotar a los infelices trabajadores; y naturalmente ese trato fue generando el espíritu de rebeldía.
Los años siguieron pasando y los tratos a los obreros no cedían, sin embargo ya a inicios del año 1900 los hermanos Flores Magón, especialmente en Ricardo, (pionero de la Revolución Mexicana) influyó determinadamente en los obreros de México con sus discursos políticos así como con sus artículos periodísticos que aparecían en periódicos independientes como, “Regeneración”.
Estas ideas, junto con la acumulación de año de injusticias y maltrato a los obreros impulsaron a los hermanos Elías (Enrique y Pedro) a realizar la histórica huelga.
Al amanecer de un día “normal” de trabajo, 4:30 de la mañana del día Lunes 20 de Marzo de 1905, el viejo silbato de la factoría estaría convocando al trabajo como habitualmente lo venia haciendo desde hace mas de sesenta años (desde 1841) sin interrupción; pero esta vez los obreros respondían al llamado solo para organizarse frente a la fábrica antes de llegar al viejo portón, para momentos después emprender la marcha hacia la capital, Tepic.
Los periódicos de esa época imprimían en sus titulares (la mayoría de manera clandestina) los magníficos hechos de Bellavista, esta gesta libertaria influida por Ricardo Flores Magón y los Clubes Liberales nacientes y lideradas por los Hermanos Enrique Gregorio y Pedro Exiquio Elías Salazar, hazaña que detonó e influyó socialmente en otras fábricas como con las Huelgas de Cananea y Río Blanco (con resultados violentos) que ha de anunciar la más grande convulsión que ha tenido lugar en México en el pasado siglo: la Revolución Mexicana.
La Huelga de 1905 fue preludio de esa movimiento que inicia Francisco I. Madero con las armas en la mano, como único recurso para forzar al dictador Porfirio Díaz que abandone el poder y seguir luchando en la búsqueda constante de un país cuyo marco general sea la justicia y la redención de la clase trabajadora: obreros y campesinos fundamentalmente, mediante una justa distribución de la riqueza.