Hace 46 años Juan García, chilango de nacimiento y ahora conocido como “Juan Bananas”, llegó por casualidad a San Blas, Nayarit. Iba de camino a estudiar Oceanografía en Baja California pero se enamoró de San Blas y se quedó. No se imaginó que su vida lo llevaría a convertirse en un ícono del puerto y un verdadero motor de inspiración, donde actúa como generador de conciencia deportiva, social y ambiental.
Todo comenzó con el desplazamiento del mar de la Bahía de Matanchén que dejó al descubierto más de 60 hectáreas que estaban bajo el agua. En ese lugar se formó un nuevo ecosistema de manglar. Juan identificó su misión: aprender y compartir. Entendió que podía lograr un cambio si ayudaba a canalizar la energía de los niños y niñas de San Blas en ello.
Su afición al surf lo llevó a colaborar con otros surfistas para crear la Federación Mexicana de Surfing y compartir lo aprendido dando clases a los niños y niñas del puerto. En sus palabras, “la práctica del surfing te enseña a entender y respetar la naturaleza con todas sus formas de vida. Viviendo aquí es necesario entrar en contacto con el mar, aprender a nadar, surfear, pescar y en general a vivir en armonía con tu entorno”. Más tarde, varios de ellos llegaron a competir en importantes torneos internacionales.
Junto con su familia, Juan abrió la Tumba de Yako, una escuela alternativa en donde además de crear una deliciosa repostería casera, organiza viajes educativos por las marismas y manglares de Nayarit. Juan ofrece diferentes actividades educativas para intercambiar conocimientos con otros grupos de chavos. Los niños y jóvenes se forman y entienden los temas ambientales a través de actividades como caminatas y exploraciones para estar preparados y enfrentar retos en un futuro.
Cada año, por ejemplo, se identifican a los niños o niñas que demuestran interés por el cuidado de la naturaleza y los llevan a participar en los Encuentros de la Niñez por la Conservación; unos campamentos organizados cada año por el Acuario de Mazatlán en los que enseñan reconocidos investigadores en temas como: aves, fauna marina, ecosistemas, etc.
Juan Bananas es uno de esos héroes poco reconocidos en México, que no sólo ha aprendido la relación tan importante entre todos los seres vivos sino que la comparte con su comunidad. Para Juan, San Blas y sus alrededores son como un gran laboratorio; organiza salidas de campo para aprender directamente de su ecosistema. “Los niños son felices al estar afuera, y en esa alegría por estar al exterior, contemplan la importancia de cada especie para el equilibrio de la naturaleza”. No es lo mismo leer sobre un árbol, un insecto o un animal con determinadas características que verlo con los propios ojos y entender cómo se relaciona con su entorno.
Viajografía: Rosi Amerena
Una panadería con este nombre te hará pensar en una cosa: pan de plátano. Y no estarás equivocado pues el famoso personaje Juan Bananas lleva haciéndolo desde la década de los setentas cuando llegó a estas tierras bajo el nombre de Juan García. Además de que podrás deleitarte con su pan que con suerte te tocará recién salido del horno, Juan Bananas es un excelente guía turística. ¡Pídele consejos!